Este lacre es ideal para su uso entre 80 y 135 grados Celsius, sin superar los 150 grados. Lo más recomendable es trabajar entre 95 y 120 grados (se recomienda utilizar un termómetro y hacer pruebas). La temperatura influye en la viscosidad, lo que a su vez afecta el grosor del lacre aplicado sobre la botella. Dependiendo del diseño, un kilogramo puede ser suficiente para lacrar entre 140 y 250 botellas, variando según el grosor y la superficie.
Es posible utilizar un sello metálico para marcar las botellas con un logo cuando él lacre aún esté tibio. También se puede sumergir las botellas en agua fría inmediatamente después de aplicar el lacre (esto es opcional) o retirarlas rápidamente para crear un efecto de goteo atractivo.
Para botellas de cerveza en vidrio con corcholata o chapa, se recomienda trabajar con temperaturas entre 115 y 130 grados Celsius, lo que permite obtener una capa de lacre más delgada y fácil de abrir con un destapador. Para las botellas tipo vino de corcho, el destapador puede incluso usarse sin retirar él lacre.
Este lacre no tiene fecha de caducidad y tiene una duración excepcional de más de 20 años. Gracias a su alto punto de fusión, es ideal para ser transportado o almacenado en lugares cálidos sin riesgo de deterioro.
Además, este producto es resistente a múltiples fundiciones, lo que permite reutilizarlo sin ningún inconveniente.
Se necesita lacre extra para que siempre haya un fondo donde sumergir las botellas.